jueves, 15 de diciembre de 2011

Rihanna: Ni decepciona ni emociona.

Ayer el Palau Sant Jordi de Barcelona estaba a reventar. No era para menos, ya que venia Rihanna, probablemente la cantante de mayor proyección en la actualidad, y dio un concierto con altos y bajos que ahora os voy a exponer.

En primer lugar, hablemos del telonero: Calvin Harris. En su faceta de DJ, nos ofreció una muy buena sesión de “Chumba-Chumba” con unas proyecciones muy chulas que caldearon el ambiente. Lo contrataría para mi boda... jejejejejeje

Y después: esperar a Rihanna. Unos 40 minutos tarde que salió la muchacha. Pero se lo perdonamos porque sabemos que puede salir aún más tarde.

Después de una intro un poco rara, salió la de Barbados al escenario (recuerdo que esta gira es de su disco LOUD, por lo que el último “Talk That Talk” casi no hizo acto de presencia) y empezó fuerte con dos hitazos: Only Girl (In The World) y Disturbia. Dos de mis canciones favoritas que me hubieran encantado si el sonido no estuviera tan petado que se escuchaba fatal y si ella en vez de atropellar gatos se hubiera dedicado a cantar (o afinar) un poco. Que horror... suerte que a medida que pasó la noche la cosa mejoró (mucho) porque con estas dos canciones me quedé muerto...


Después de ver esta colorida primera parte y pasar a la segunda, me di cuenta de un lastre que acompañan tanto a la gira como al disco que le da nombre: la falta de coherencia. Las diferentes secciones que se nos presentan no tienen conexión entre sí, por lo que hay que tomarse las agrupaciones de actuaciones como si fueran mini conciertos independientes, porque no tienen un orden lógico. La cuestión es que si pasamos por alto este detalle, a partir del segundo acto (la cuarta canción, más o menos) la cosa se anima mucho. En el tramo centrado en el sexo (así de explicito, la sección se llama “SEX” a secas) Rihanna empieza a refregarse el parrús por el escenario a ritmo de sus canciones más guarronas (entre ellas S&M y Skin), y la ves en su salsa: ya hemos recuperado el tono correcto y la cosa empieza a ir para arriba (me refiero al espectáculo, claro está).

Después de la parte sexual toca dar guerra, y nuestra chica aparece subida a una especie de tanque rosa para cantar Hard (con un público totalmente entregado ya) para, poco después, realizar una sección de baladas en las que, por fin, puede demostrar su capacidad vocal, que es mucha (aunque yo no esté muy de acuerdo en cantar tanta balada seguida en un concierto pop). Luego vuelven los bailes, se acerca al público y aporrea la batería como una loca en un escenario portátil situado en un lateral del estadio. 

Y después de todo esto, llega el  cierre. El broche de oro. Este concierto vale los euros que vale sobretodo por ese final apoteósico en el que ella se sienta sobre un piano para cantar Love the Way You Lie (Part II), en plan acústico y flotando sobre el escenario encima del piano, para dar paso a un incio, también acústico de Umbrella, que casi me hace pensar que va a hacer toda la canción en ese formato pero no, simplemente era una transición para cantarla en su versión “normal”. Y ya, el colofón: “We Found Love” a un nivel de decibelios que si no tiró el Sant Jordi abajo fue de casualidad.

Así que encontramos a una cantante extremadamente guapa y sexy, con una muy buena actitud sobre el escenario, tanto en su faceta provocativa como en su faceta más alegre, que se vio lastrada en algunos momentos por un espectáculo poco coherente y por ciertos problemas de sonido.

¿La volvería a ver? Pues seguramente si fuera esta gira otra vez no, pero estaría encantado de escuchar Talk That Talk en directo. Aunque le sugeriría algún director para el espectáculo más competente, para poder ofrecer momentos verdaderamente memorables. Pero si empieza a tomarse las cosas con calma, a esta chica aún le queda muchísimo por ofrecernos. Las prisas no son buenas compañeras, ¿no?

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