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A parte de ser uno de los mejores directores del panorama internacional, Woody Allen es de sobras conocido por su carácter histriónico e hipocondríaco, sus delirios filosóficos y su particular relación con las mujeres especialmente jóvenes. Estos aspectos han estado presentes en prácticamente todas sus películas de la mano de variados y estrafalarios personajes, en algunas ocasiones interpretados por él mismo.
A parte de ser uno de los mejores directores del panorama internacional, Woody Allen es de sobras conocido por su carácter histriónico e hipocondríaco, sus delirios filosóficos y su particular relación con las mujeres especialmente jóvenes. Estos aspectos han estado presentes en prácticamente todas sus películas de la mano de variados y estrafalarios personajes, en algunas ocasiones interpretados por él mismo.
La ironía y las situaciones delirantes que desprenden sus film, hacen únicas a cada una de las piezas que conforman su extensa filmografía, con títulos tan sonados como Balas sobre Broadway, Poderosa Afrodita o Desmontando a Harry. Pero se corre el riesgo de que esto pueda caer en la repetitividad, en la broma fácil o el argumento previsible. Y cuando esto sucede es que la cosa no funciona.
En Si la cosa funciona, un hombre maduro y excéntrico (Larry David) abandona su vida acomodada, para empezar una existencia bohemia. En esta nueva andadura conoce a una ingenua joven recién llegada del sur (Evan Rachel Wood), con quien iniciará una particular relación que dará lugar a toda una serie de enredos familiares y sentimentales.
La película tiene un inicio flojo y desconcertante con el protagonista y unos amigos conversando en la terraza de un bar, mientras el primero trata de convencer a los segundos de la existencia de un público que ha pagado una entrada por ver sus vidas. De esta manera, mirando a cámara y hablando directamente al espectador, se nos trata de introducir en el film.
Larry David, encarnando a una más de las múltiples versiones de los alteregos de Allen, está correcto aunque resulta un tanto irritable y grotesco, mientras que Evan Rachel Wood no provoca la alteración deseada en la historia y se vuelve cargante y un punto insoportable. Sin embargo, cuando todo parecía estar perdido, la película vive su punto más álgido con la entrada de la madre de la joven sureña, interpretada por una magnífica y divertida Patricia Clarkson, quien nos regala la mejor escena en la que descubre que el marido de su hija es un hombre mayor, calvo y cojo.
Pero pese a todo, igual que no se le pueden pedir peras al olmo, tampoco se puede esperar que una película que empieza mal acabe bien. Así que justo cuando vuelve a flojear la historia, entra otro personaje, en este caso el padre de la criatura, un personaje totalmente imprescindible, que no aporta nada, y nos arrastra hacia un final del todo previsible.
De modo que si los amantes del cine woodiniano pensábamos que con Vicky Cristina Barcelona el director había llegado a los límites más bajos de la mediocridad, con esta película tampoco nos da muchas alegrías, ya que como esta ha filmado otras, y los resultados han sido mucho mejores.
Puntuación El Rotoscopio: 5/10
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En Si la cosa funciona, un hombre maduro y excéntrico (Larry David) abandona su vida acomodada, para empezar una existencia bohemia. En esta nueva andadura conoce a una ingenua joven recién llegada del sur (Evan Rachel Wood), con quien iniciará una particular relación que dará lugar a toda una serie de enredos familiares y sentimentales.
La película tiene un inicio flojo y desconcertante con el protagonista y unos amigos conversando en la terraza de un bar, mientras el primero trata de convencer a los segundos de la existencia de un público que ha pagado una entrada por ver sus vidas. De esta manera, mirando a cámara y hablando directamente al espectador, se nos trata de introducir en el film.
Larry David, encarnando a una más de las múltiples versiones de los alteregos de Allen, está correcto aunque resulta un tanto irritable y grotesco, mientras que Evan Rachel Wood no provoca la alteración deseada en la historia y se vuelve cargante y un punto insoportable. Sin embargo, cuando todo parecía estar perdido, la película vive su punto más álgido con la entrada de la madre de la joven sureña, interpretada por una magnífica y divertida Patricia Clarkson, quien nos regala la mejor escena en la que descubre que el marido de su hija es un hombre mayor, calvo y cojo.
Pero pese a todo, igual que no se le pueden pedir peras al olmo, tampoco se puede esperar que una película que empieza mal acabe bien. Así que justo cuando vuelve a flojear la historia, entra otro personaje, en este caso el padre de la criatura, un personaje totalmente imprescindible, que no aporta nada, y nos arrastra hacia un final del todo previsible.
De modo que si los amantes del cine woodiniano pensábamos que con Vicky Cristina Barcelona el director había llegado a los límites más bajos de la mediocridad, con esta película tampoco nos da muchas alegrías, ya que como esta ha filmado otras, y los resultados han sido mucho mejores.
Puntuación El Rotoscopio: 5/10
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3 comentarios:
Es que el título y el cartel son premonitorios... No puedes llamar a una película "si la cosa funciona" y poner el careto de el tipo este diciendo "siento que vengáis a ver semejante mierda...."
No la he visto, y probablemente no la vea....
No te perderás nada, y ahorrás más de lo mismo.
Pues siento discrepar, pero después del bodrio de Vicky, Cristina... Esta me encanto ¿seré rara?
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