Ayer se celebró la XXIV edición de los Premios Goya del cine español y por primera vez desde que llevo viendo la gala (hará ya unos 14 años), puedo afirmar que me divertí y disfruté como nunca. Y es que la de anoche fue la gala perfecta que llevábamos esperando año tras año: sin errores de realización, con un presentador solvente, con unos colaboradores que no se equivocaron al presentar los premios, sin gente pululando por el patio de butacas tapando el objetivo de los cámaras, sin panorámicas ni planos generales mostrando un patio de butacas vacío, y breve, sin tener que esperar hasta las dos de la madrugada para saber qué película se alzaría al fin como mejor film del año.
Gracias a la ausencia de publicidad, la entrega de premios se retransmitió en riguroso directo, sin pausas, con un ritmo ágil y entretenido. Andreu Buenafuente, el presentador de la gala, estuvo a la altura de las circunstancias, con unas intervenciones de nivel, gracias al trabajo de los avispados guionistas. Especialmente divertidos fueron el vídeo del inicio protagonizado por Buenafuente con la colaboración de varios de los actores más famosos de nuestro cine, el montaje de ‘Celda 211’ vendida como una película cómica (en efecto, colaba como tal), y la frase que le dedicó Buenafuente a la Ministra de Cultura al decirle ‘ministra, bajaría a saludarla, pero delante de usted no me atrevo a bajar nada’. ¡Sobervio!
Los primeros en aparecer en el escenario tras la presentación de Andreu Buenafuente, fueron Secun de la Rosa (¡me encanta!) y Javier Godino, que se marcaron un estupendo número musical para presentar a las cuatro películas nominadas a mejor film.
A partir de aquí todo fue a más, y una, tapadita con una manta en el sofá, tenía la sensación y la seguridad de que la cosa prometía y no iba a decaer. Solo hubo un único fallo de realización, cuando en la presentación de las actrices revelación se nos mostró el rostro de Leticia Herrera cuando se estaba hablando Blanca Romero. Salvando esto, el resto fue perfecto, y los comentarios en off de Toni Garrido ayudaron a completar la retransmisión.
No hubo grandes sorpresas en cuanto a los premiados, aunque la lluvia inicial de Goyas técnicos para Ágora quizá hizo pensar a más de uno/a que la gala sería de Amenábar. Pero llegaron los premios gordos y, como ya sabemos todos, Celda 211 no tuvo rival.
En el apartado de interpretaciones, Raúl Arévalo (¡me encanta!) tuvo su merecido Goya por Gordos. Marta Etura y Luis Tosar, pareja en la vida real, se llevaron uno cada uno por Celda 211. Lola Dueñas, magnífica, desbancó a Penélope, Maribel y a la Weisz. Y en las categorías de revelaciones, Soledad Villamil consiguió alzarse con el ‘cabezón’ y dejó a Nausica Bonnín sin poder lucir en el escenario su traje alado.
Una de las categorías menos previsibles era la de mejor dirección novel, pero el echo de que en el escenario aparecieran Chus Gutiérrez, Gracia Querejeta, Patricia Ferreira e Iciar Bollaín para presentar al ganador en dicha categoría, ya fue suficientemente explícito como para saber que la ganadora, antes de que abrieran el sobre y pronunciaran su nombre, iba a ser Mar Coll, la única directora fémina candidata de la noche.
Destacables también fueron las parejas que se formaron para dar premios, especialmente las formadas por Marisa Paredes y Mario Casas, y la de Oscar Jaenada y Ana Belén. También fue gratificante volver a ver a Rosa Maria Sardà que, divertidísima junto a Buenafuente, dio paso a la gran sopresa de la noche: Pedro Almodóvar estaba en la gala para presentar un premio.
Mención a parte merece también el discurso de Álex de la Iglesia, correcto, directo y claro, y el vídeo de la entrega del Goya honorífico que él mismo llevo a casa del honorado Antonio Mercero.
En cuanto al glamour, este no se quedó en casa y pudimos ver un poco de todo. Destacó el desacertado look de Natalia Verbeke (cada día más delgada) y el horripilante traje de Bimba Bosé; el vestido de Ángeles González Sinde (que merece una entrada de blog a parte); el aura de Paz Vega, que desde ‘Lucía y el Sexo’ no se ha comido nada en el cine pero ella ya luce como una diva y la belleza de Maribel Verdú por encima de todas las asistentes.
Y ya para acabar, no podemos olvidarnos de la presencia de la pareja del momento, Penélope y Javier, que no solo nos regalaron su asistencia al evento si no que también compartieron con todos nosotros la oficialidad de su relación en primicia mundial (quizá porque Bardem piensa acompañar a Pe a los Oscar, y pensaron en aparecer juntos en España antes que en EEUU, para que la prensa española no les tache rancios).
En definitiva, la de anoche fue una gala inolvidable, llena de momentos estelares que tardaré en olvidar.
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2 comentarios:
Sabia que te iba a gustar que ganase Lola Dueñas, y a mi también me gustó. Porque esta peli no la he visto, pero se lo merece.
Y me encantó que Pe y Bardem fuesen juntos y se cogiesen de la mano y tal... Me encantan!!!
Y la gala estuvo muy bien. No la pude ver toda porque estaba de niñero y a mi hermano no le gustaba, pero lo que pude ver me gustó mucho!
Sabía que sabías que me iba a gustar. ¡Como me conoces!
Lo de la parejita fue genial. Mi compañera de trabajo, que también me conoce y sabe darme vidilla, nada más verme me dijo '¿qué te ha parecido la gala? ¡¡¿viste a la Pe y al Bardem?!!'.
Ya digo yo que hay demasiada celeb nacional como para necesitar irlas a buscar fuera...
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