domingo, 22 de marzo de 2009

Los Abrazos Rotos, o el Hard Candy de Almodovar

El título del post no es mío (ya me gustaría). Lo he “tomado prestado” de un artículo que encontré sobre la película en una página web, y no me podía parecer más acertado. Los abrazos Rotos son a la filmografía de Almodóvar lo que Hard Candy a la discográfica de Madonna, algo raro, discutido, impersonal, criticado e infravalorado que solo el tiempo podrá poner en su lugar.

Esta cinta del manchego más universal de nuestro cine es … diferente. Después de que le hayan criticado por los excesos trasvestiloides, el surrealismo y su basto sentido del humor, Almodóvar decide hacer una película que no lleve su sello marcado a fuego. Y lo consigue.

En esta película, que es cine dentro del cine (algo complejo, que no siempre da buenos resultados, como en el caso de Melinda y Melinda de Woody Allen) se narra la historia de un director de cine/guionista (un excelente Lluis Homar) en dos épocas de su vida: en una, 1994, es un director de cine de éxito que está rodando su nueva película: Chicas y maletas. En la otra, 2008, es un guionista ciego que le explica su historia al hijo de su productora. En ambos tiempos se explica la intensa historia de amor y las traiciones a las que se tiene que enfrentar una pareja, en una historia más que interesante.

Y después del argumento, la chichilla: la película está muy bien rodada, pero tiene algunos “fallos”. En realidad me refiero a que la pérdida del sello Almodóvar se nota, ya que la película en algunos momentos es muy lenta de discurso, y son los mejores momentos los que recrean escenas de Chicas y maletas (el alter ego cómico de la película, muy al estilo de Mujeres al Borde de un ataque de nervios), y algunos “caprichos” que el director se ha permitido (como por ejemplo las escenas en las que aparece Lola Dueñas, muy divertida).

A parte de este pequeño fallo de falta de identidad, la película tiene muy buenos momentos: los pechos de Kira Miró (es feo decirlo, pero es la verdad), los “cameos” de actores populares de nuestro país (Carmen Machi, que sale poco pero lo borda), las maravillosas actuaciones del trío Homar-Cruz-Portillo, la intensa historia de amor que se narra, los momentos de tensión que se crean y sobretodo, lo desmejorada que han puesta a la pobre Ángela Molina (dios, que momentazo!!!)

Como he dicho, esta película es como Hard Candy, puede hacerse rara de ver la primera vez, pero estoy seguro que en una segunda revisión (que la habrá, y más de dos también) me acabará gustando y la situaré entre las más grandes. Pero eso será más adelante. Por ahora le pondré un 8, es decir, una gran película, pero que necesito madurarla un poco para que le suba más.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensaba que Hard Candy era la peli y habías encontrado algún paralelismo. ¡¡¡Ya me había asustado!!!

Bueno, yo la tengo pendiente. De todas maneras, para no haberte 'apasionado a la primera', ¿un ocho no es demasiado?

Lo del cine dentro del cine es un recurso que ya utilizó en 'La Mala educación'.

Total, que cuando la vea comentamos. Pero con lo que dices, seguro que a mí no me gusta. ¡¡¡Soy de paladar fino!!!


Virginia M.

Soyyoeldani dijo...

Jjaajjajjaja

Ese paladar fino fino....

A ver si te gusta... ten en cuenta que salen varias fetiches!

Un besiko!

Anónimo dijo...

La fuimos a ver el domingo pasado y si... heché de menos a alguna prostituta o a algun travesti tan al estilo almodovar.


Laura

Anónimo dijo...

... lo primero que se echa del verbo echar es la H!!

asi que rectifico: "eché" y no "heché"

Sefo dijo...

Yo la tengo que ver otra vez también, posiblemente sea hoy ^^.

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