Decepciones, tan grandes, que no se merecen ni un post individual

Esta semana he tenido 3 “decepciones” que espero que sean las únicas de la semana (Por Favor!!!!).

La primera ha sido el palmarés de los Globos de Oro. No tanto porque no hayan premiado a muchos de mis favoritos (porque han premiado a Meryl Streep y a Christoph Waltz, que se lo merecen, y además el papel de Mo’nique en Precious tengo ganas de verlo, por lo que no me apena tanto que no haya ganado Penélope Cruz, y “La cinta blanca” de Hanneke promete mucho, así que no me quejo por eso) sino que me quejo porque no me puedo creer que la vencedora de la noche haya sido AVATAR. Vale, tampoco puedo defender NINE sin haberla visto aún… pero ¿Avatar? No lo entiendo…

La segunda decepción ha sido el final del pacto: si el inicio fue malo, la conclusión sobrepasaba el patetismo. Yo pensaba que la motivación de las niñas iba a ser la hostia, pero no… resulta que las niñas se quedaban preñadas por solidaridad, y para que no echasen a la primera preñada del cole. Lo que os digo, patético.

Y la tercera decepción se la debo a una película a la que hace tiempo que le tenía ganas: la japonesa Audition. La historia empieza interesante: un hombre viudo se quiere volver a casar, y a instancias de un amigo, prepara un falso casting para una película para encontrar a la mujer ideal… y ya. Porque esa es la parte más interesante de la película. Tanto que hablan del final y no me ha dado más que un poco de asco y sopor. Mucho sopor. No entiendo a los directores que de una historia que no tiene NADA intentan sacar algo, y claro, tienen que recurrir a un final “made in David Lynch” pero mal hecho. Lo dicho, que no vale ni para que me alargue en la explicación…
Y después de estas decepciones ¿Qué puedo pedir? Pues primero un poco de suerte en las oposiciones de mañana (dúdolo mucho) y en segundo lugar, que este fin de semana Nine nos ofrezca todo lo que espero de ella.

Pasadlo bien!