Siempre he leído bondades de Akira Kurosawa. Por muchos es considerado el director asiático más importante, y el primer en abrirse a occidente. Hace unos años vi Rashomon (1950), una obra que revolucionó la manera de hacer cine y ganó un oscar. Ni que decir queda que a mí esta película me encantó.
Hablemos de RAN, que es lo que toca ahora. La cinta, del año 1985, transcurre en la Era Sengoku (época de guerra en Japón, entre 1467 i 1615) y narra la historia de un viejo señor de guerra que abdica, voluntariamente, en favor de sus tres hijos. El problema viene cuando los tres hijos deciden luchar entre ellos para hacerse con todo el poder del reino, con todas las intrigas, guerras y asesinatos que ello supone. Mientras tanto, el pobre padre deambula por sus tierras hasta que le asesinan a todo séquito y el rey enloquece.
La traducción de RAN es caos o miseria, por lo que el título le va que ni pintado.
La película es larga como un día sin pan (más de dos horas y media) y en ciertos momentos te pierdes un poco en la trama porque en occidente no tenemos ni idea de la historia de Asia (y cuando digo ni idea quiero decir nada), pero a pesar de ello la historia es tan universal (la lucha de poder, las envidias familiares,…) que hacen que esta película sea más que recomendable.
Por otra parte, tengo que destacar el uso del color que se aprecia en la cinta. Las imágenes, los paisajes, la fotografía, son tan preciosos y están grabados con una técnica que parece que la película se haya estrenado hace unas semanas. ¡Magnífica!
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