La Duquesa

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Confiarle unas horas a Keira Knightley es siempre un acierto, y es que desde que se nos dió a conocer en Quiero ser como Beckham, la escuálida británica se ha labrado una filmografía brillante, con títulos tan suculentos como The Hole, la saga Piratas del Caribe, Love Actually, Orgullo y Prejuicio o Expiación (película por la que consiguió una nominación al Oscar). Interpretaciones que la han encumbrado a la categoría de celebrity y a ser considerada una de las mejores actrices de menos de 30 años.

En La Duquesa, dirigida por Saul Dibb, Keira Knightley se traslada al sigle XVIII para interpretar a Georgiana, una joven mujer que se casa con el Duque de Devonshire, un hombre cuya única preocupación es engendrar al que será su futuro heredero. Pese a una vida ejemplar como madre, asesora política e icono de la moda de un pueblo que la admira, la inexistencia del amor que su marido siente por ella marca su vida y amarga su matrimonio, cargado de episodios de infidelidad y trios sexuales.

La película está bien soportada por unos actores cuyas interpretaciones son más que impecables. Ralph Fiennes como Duque de Devonshire realiza un trabajo de contención perfectamente ajustado a su personaje, mientras que Knightly carga con todo el peso de la historia de manera brillante, demostrando grandes tablas en el género del clásico (como ya hizo en Orgullo y Prejuicio), y moviéndose como pez en el agua con esos trajes y pelucas nada fáciles de llevar.

La Duquesa está perfectamente ambientada en la época en la que transcurre la historia, destacando especialmente el vestuario, reconocido con un premio Bafta y un Oscar. Todo un diseño de producción más que excelente para este drama de palacio a la inglesa, sin nada que nos venga de nuevo pero igual de cuidado directo al disfrute.

Puntuación El Rotoscopio: 7/10
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