domingo, 22 de noviembre de 2009

Tiro en la cabeza

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Si alguna vez habéis hablado con vuestros amigos o familiares sobre la calidad y producción del cine que se gesta en nuestro país, habréis oído decir en boca de alguno de ellos las típicas frasecitas mal usadas como 'el cine español es un bodrio', 'lo único bueno del cine español es Almodóvar', o esa coletilla inacabada, acompañada por la cara de asco del que la pronuncia, de 'es que el cine español...'.

Pero a los que nos gusta el cine sabemos que esas frases y todas las que se les parezcan un poco, son mentira.

Desde hace bastantes años, la industria cinematográfica española se encuentra en un maravilloso momento de creación artística, aunque esto no siempre se traduzca en grandes cifras de recaudación en taquilla.

Como comentaba hace unas semanas cuando hablaba de Alejandro Amenábar, desde su aparición en escena en 1995 con Tesis, la cinematografía del país ha visto y dejado crecer a una multitud de nuevos talentos como Benito Zambrano, Rafa Cortés, Juan Antonio Bayona, Santi Amodeo, Julio Wallovits, Nacho Vigalondo, Roger Gual, Marc Recha, Félix Viscarret, y un largo etcétera de nombres y nombres. Pero hoy el que se merece una mención a parte es Jaime Rosales.

Rosales lleva tres películas a sus espaldas como director y guionista. La primera, estrenada en 2003, fue uno de los descubrimientos más gratificantes que he tenido en el cine español. 'Las horas del día', protagonizada por Alex Brendemühl, Antonia Martínez y Àgata Roca, situa la acción en El Prat de Llobregat, donde vive Abel (Brendemühl), un hombre sumido en la monotonía vital, que dedica su tiempo a su tienda de ropa, a su madre y a su novia. Lo que nadie sabe ni sospecha es que Abel es un asesino en serie.

La segunda película, estrenada en el 2007, se llevó una multitud de premios, entre ellos el Goya a la mejor dirección y a la mejor película. 'La soledad' narra de la vida de dos mujeres, la madre y la hija que a su vez acaba de tener un bebé. En esta ocasión, el director apostó por un reparto desconocido que dotaba a la película de mayor realismo, al mismo tiempo que se hizo amo y dueño de la polivisión, la técnica consistente en dividir la pantalla en dos para mostrar dos puntos diferentes de una misma secuencia. Sin duda, la película cumplió con su objetivo, y Rosales consiguió al aplauso y reconocimiento de crítica y público.

Una vez encumbrado a la categoría de 'uno de los mejores realizadores de nuestro país', Jaime Rosales volvió el año pasado con 'Tiro en la cabeza', basada en el asesinato a dos guardias civiles en Capbreton, Francia. Nuevamente rodada con actores desconocidos para el espectador, Rosales volvió con otro golpe de efecto técnico: no utilizar diálogos y dejar que el sonido ambiente fuese el único componente sonoro del film.

'Tiro en la cabeza' no es una película difícil ni dura para el espectador, especialmente porque la escena del tiro, que podría resultar la más impactante, ya la hemos visto mil veces en tráilers y reportages que sobre ella se han hecho en diferentes medios de comunicación.

La película dura tan solo una hora y veinte minutos, y este tiempo es más que suficiente, incluso demasiado, para presentarle al público la vida corriente de un terrorista que se marcha a Francia para asesinar a dos guardias civiles. Y es que el echo de no contar con diálogos se hace pesado en el minuto cinco, insoportable en el minuto quince e inaguantable en el treinta.

La emoción y el suspense es cero, aunque sabemos que eso es algo que el director no pretende de ninguna de las maneras. Lo que busca Rosales es describir en imágenes la 'normalidad' con la que vive un componente de una banda terrorista: comprando la prensa, escuchando música en una tienda, con su novia, con sus amigos, con el hijo de una amiga,... Hasta que se marcha a Francia y allí se encuentra a los dos guardias civiles a los que mata cuando estos están dentro de un coche. Sin embargo, al no poder oir nada, ni una mizca, de las conversaciones que mantiene con las personas con las que se relaciona, provoca la distancia del espectador con respecto al personaje y uno/a nunca llega a meterse en la película. Ni siquiera al final.

'Tiro en la cabeza' está bien como producto alternativo, de autor, pero nunca más allá de ser una obra comerciable que se deje ver para pasar un rato muerto de domingo, o una animada noche de viernes.

Puntuación El Rotoscopio: 5/10
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3 comentarios:

Soyyoeldani dijo...

Hay experimentos que deberian estar prohibidos no? xDDD

No me llama para nada la atencion... creo que me la ahorrare!!!!

Virginia M. dijo...

Bueno, a mí estos experimentos me encantan. Lo malo es que hay 'experimentos' y 'experimentos', y este era uno ideal para un corto más que para un largo. Seguir a un tipo durante una hora y veinte, sin saber qué dice, ni que le dicen y solo escuchando los ruidos de coches, portazos y demás, es muy pesado. Quizá si fuera una película cómica pues igual hasta está bien. Pero aquí no.

Mañana sale a la venta la edición Deluxe del último disco de Beyoncé. Aaarrrggg.

Soyyoeldani dijo...

Ufff... no se, a mi me da pereza...

Lo del disco de la Beyoncé: la edición deluxe ya salió hace una semana o dos (me lo dijo mi amiga Núria que la vio en la FNAC, yo no xq no voy...). Lo que sale mañana es un directo (CD i DVD) en las Vegas, en plan acustico. He escuchado un poco por encima y tiene un pintaza.... mhhh!!!!

Un besote!

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