Hoy os quiero hablar de una de las cosas que más odio en el mundo: Las películas rayadas. Este concepto, inherente a los DVD de los videoclubs y de las bibliotecas, y también a los discos y películas que le presetas a un amigo despistado que luego nunca vuelven a ser lo mismo, creo que nos ha afectado a casi todos. Pero lo que me ha pasado a mi tiene delito.
Después de tragarme prácticamente 3 horas de la película de Cleopatra (3 horas!!!!), de la que ya os hablé hace unos días, pues resulta que cuando empiezan a “conocerse” la Cleo y el Marco, va el DVD y me dice que “tararí”, que si quiero ver la película que me vaya a buscar a Rita la Cantaora y que me la explique, porque él no está por la labor. Y aquí empieza el dilema: en el ordenador no puedo verla (es que el pobre tiene ya una edad, y eso de leer deuvedeses como que no le apetece demasiado), la Play está muy sensible con estas cosas, por lo que ni lo intento, y el otro DVD lo tengo desconectado y me da mucha pereza enchufarlo otra vez a ver si funciona… Total, que a ver si alguien me invita a que vea los 5 minutos de “rayadura” en un pedazo de sistema que me lo lea y puedo devolver la peliculilla de marras a la biblioteca.
Por otra parte, este fin de semana va a ser poco fructífero, porque tengo un acontecimiento que me mantendrá alejado del ordenador. Ya os contaré como ha ido la cosa…
2 comentarios:
Que fuerte!!! Con la rabia que da eso! (la imagen lo describe todo xD)
Yo te invito a que lo intentes en mi casa!
Si, ¡cuéntanos cómo ha ido el acontecimiento! Yo quiero datos, por supuesto. Una crónica a lo María Patiño-Chelo García Cortés.
Lo de las rayaduras es lo peor. A mí me está pasando con el DVD de mi película favorita, que se me para en el mismo sitio. Una pena.
Virginia M.
Publicar un comentario