127 horas

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Tras triunfar con Slumdog Millionaire, Danny Boyle ha vuelto con su nueva y esperadísima película 127 horas, film que narra la historia real de Aaron Ralston, un escalador que tuvo que pasar cinco días a la intemperie en el Gran Cañón del Colorado, con uno de sus brazos atrapado por una enorme roca.

127 horas no es solo uno de los grandes títulos de este 2011, si no que se ha convertido en una de las películas fundamentales en la filmografía de Boyle. Y es que, pese a que el espectador conoce de antemano el fatídico desenlace, tanto director como protagonista, consiguen mantener conectado al público con la historia. Toda la trama gira alrededor del accidente del escalador, lo que provoca que todo el metraje sea una mera excusa para llegar con ansia a ese final anunciado. El espectador se convierte en un acompañante del protagonista en el transcurso de sus días en los que permanece atrapado (tiempo revelado en el propio título).

James Franco, quien actua prácticamente solo en el film, recrea magistralmente el papel del escalador en uno de sus mejores trabajos interpretativos de toda su carrera, recompensado con varios premios de la crítica, una nominación a los Globos de Oro y otra muy posible nominación a los Oscars.

El montaje es acelerado, revelando de nuevo el estilo videoclipero de Boyle, con pantallas divididas en dos y tres partes, mostrando planos detalle y sucesiones de escenas de ritmo frenético. El trabajo de fotografía es excelente y junto con la música, generan momentos de gran belleza visual y poética.

127 horas es una nueva genialidad el director de Trainspotting, un cruce entre Náufrago y Buried, con momentos de tensión y terror especialmente contenidos en los brutales minutos finales del film, con un James Franco en estado de gracia en una interpretación maravillosa de la degradación paulatina del escalador. En definitiva, 127 horas es una gran película muy recomendable para todo amante del buen cine.

Puntuación El Rotoscopio: 9/10
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