Bueno, pues unas semanas tarde, pero ya he acabado la tercera temporada de The Walking Dead. He acabado un poco más tarde porque durante el parón navideño me lié con otras cosas y he querido tener un poco de capítulos de reserva para que no se me hiciera tan larga la espera entre semana y semana. Seguir las series “al día” empieza a ser un rollo a medida que las temporadas están muy avanzadas y empiezan a haber festivos o otros acontecimientos que alteran la programación en USA.
Todos ellos empezaron la tercera temporada... ¿quien llegará hasta el final?
Si recordáis, la primera mitad de la actual temporada de The Walking Dead me gustó bastante, y me pareció que (por fin) se habían quitado el lastre de la segunda temporada, que aburría a las ovejas. Pues en esta segunda mitad de la temporada, parece que se les olvida un poco lo bueno que habían hecho y, bajo el pretexto de una supuestamente impactante batalla final, se tiran un montón de capítulos de preparación en los que, seamos sinceros, tampoco pasa nada. El final me ha parecido correcto, pero tal vez por estar tan preparado, no me ha gustado tanto como el de la segunda temporada. Podrían haber resumido un poco la trama y tampoco hubiéramos estado tan mal.
El Governador vs. Rick... ese es el resumen perfecto para esta temporada
Así pues, The Walking Dead se gana de manera oficial el apelativo de la serie “montaña rusa” por excelencia, con tantas subidas como bajadas, pero que de momento tiene la suficiente inercia para que la sigamos viendo con expectativas. A ver como le sienta el cambio de showrunner de cara a la siguiente temporada...
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