Empecé a ver A Dos metros bajo tierra (Six Feet Under para los que la vemos en versión original) hace muchos años. Iba al instituto (pero no se a que curso) y la veía en verano, a las tantas de la noche en la 2 de TVE. Estaba tan mal programada que no llegué a ver mas allá de la segunda temporada, y cuando tuve oportunidad de verla más tarde estaba liado con cosas más “modernas” tipo LOST o Mujeres Desesperadas y la fui dejando para más adelante, hasta hace unos meses, que decidí volver a empezarla. De momento llevo cuatro de las cinco temporadas que formaban la serie vistas, y he decido dedicarle una entrada antes de llegar al final, para poder ensalzarla más allá de lo que me guste (o no) el final, y que no me pase como con LOST.
Six Feet Under es una serie MUY HBO. De Autor (su creador, Alan Ball, es el guionista de American Beauty), que trata temas “peliagudos” (desde la muerte como columna vertebral de la serie pasando por las complejas relaciones de pareja, la infidelidad, las drogas, la homosexualidad,...) y que siempre va un paso por delante del resto de series a las que es contemporánea (y sino, que se lo digan a GIRLS, la “dramedia” que no ha dejado a nadie indiferente).
Pero vamos a lo que toca... ¿Una serie centrada en la vida de una familia de funerarios, no tira para atrás? Pues no necesariamente. La funeraria no es más que un pretexto para hablar de la tristeza, la depresión, la necesidad de salir del hogar opresivo... todos los personajes están impregnados de la tristeza de la casa, de la gente que ha ido a velar a sus seres queridos, y esta melancolía es uno de los puntos fuertes de la serie. La manera como intentan salir de ella (como si eso fuera posible) nos invita a seguir viendo capítulo tras capítulo, y querer ver como evolucionan los miembros de esta peculiar familia televisiva.
Esta serie, como digo, se construye sobre unos personajes muy sólidos que marcan diferentes comportamientos: La madre, (Ruth Fisher, interpretada por Frances Conroy, que aparece también en American Horror Story) recién viuda, de un carácter bastante reprimido, empieza a sentir la necesidad de conocer a una nueva pareja, ahora que ve como sus hijos se alejan de ella. Nathaniel Fisher (Peter Krause) es el hijo mayor que vuelve a casa tras la muerte de su padre, y ve como tiene que retomar una vida que ya creía dejada atrás, mientras conoce a una misteriosa mujer de la que se enamorará perdidamente, pero que le enseñará que el amor no es tan sencillo como lo pintan las películas (Brenda Chenowith, interpretada por Rachel Griffiths, popular a raíz de la película La Boda de Muriel). David Fisher (Michael C. Hall, que actualmente interpreta al popular asesino Dexter), el hijo mediano de la familia tiene que enfrentarse a su homosexualidad en una profesión conservadora, y no acaba de aceptarse, lo que le lleva a muchos problemas con su pareja Keith (Mathew St. Patrick). Y la hija pequeña, Claire (Lauren Ambrose), que pasa una complicada adolescencia como el bicho raro del instituto, lanzándose a relaciones poco edificantes pero pasionales que la llevaran a conocerse a sí misma. Y por último también cabe destacar al personaje que interpreta Freddy Rodriguez (Federico), que pasa a ser de un simple ayudante a tener un peso importante en la serie a medida que van pasando temporadas.
Todos estos personajes, además de una importante lista de secundarios y estrellas invitadas conviven entre las cuatro paredes de la funeraria, y nos hacen disfrutar a medida que los vemos madurar. Una serie muy recomendable si os gustan las series que van más allá del mero entretenimiento.
Y si no pasa nada, cuando vuelva a hablar de la serie, será porque ya la haya finalizado, así que disfrutadla y explicarnos qué os parece.
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