Adiós a Wisteria Lane

Estoy un poco triste. A lo largo de los años he ido acabando series que me habían gustado mucho, pero con ninguna había tenido tanta conexión como con “Mujeres Desesperadas”. Las aventuras de estas cuatro amigas en su barrio de la ciudad de Fairview, que empezaban con el suicidio de la quinta amiga (la cursi Mary Alice Young, que todos los capítulos nos amenizaba con sus comentarios desde el otro mundo), y que iba desarrollando los secretos de unas no tan aburridas amas de casa como cabria esperar.

No voy a engañar a nadie: la serie empezó siendo “seria”, pero hacia la quinta temporada se convirtió en un culebrón, y por suerte hace dos temporadas dejaron de mudarse vecinos al barrio, porque ya olía (aunque todos recordemos con “cariño” la cara de mala hostia de Betty Appelwhite, la vecina que guardaba algo, o alguien, en su sótano). Pero la grandeza de esta serie es esta: a pesar de algunos (pequeños o no tan pequeños) resbalones, tenia el carisma y el plantel estelar suficiente para sostenerse incluso en las épocas más bajas (hablo de la mitad de la serie, ya que el principio es majestuoso y el final es más que digno).En total han sido 8 temporadas que me han dejado totalmente satisfecho.

No quiero alargarme mucho, porque me da pena, pero voy a echar muchísimo de menos los momentos de charla sobre la serie...

Hasta pronto, Susan, Bree, Lynette, Gabrielle... Y René. Nos volveremos a ver pronto.

Y aunque fuera más mala que la tiña (en la vida real) he echado de menos a Nicolette Sheridan en el capítulo final...