¿Victor o Victoria?

Es una gozada ver a Julie Andrews en un musical. No se si existe competidora posible, pero está claro que ella es la gran dama del musical, y ha protagonizado algunos de los clásicos más importantes del género, como Sonrisas y lágrimas o Mary Poppins.

En Victor o Victoria, del año 1982, Julie Andrews interpreta a Victoria Grant, una cantante de ópera que está en una época de paro (no se de que me suena eso…) y el hambre la lleva a varias situaciones desesperadas (entre ellas, ofrecer favores sexuales a su casero y urdir un plan para comer gratis en un restaurante de lujo) hasta que conoce a Toddy, un artista de cabaret gay, del que se hace íntima amiga, y juntos deciden transformar a Victoria en un chico que, a su vez, se traviste sobre los escenarios, para conseguir así el travestido más autentico de París. El argumento es, como veis, raro de cojones, pero la película es muy entretenida, las actuaciones musicales no son excesivas y estan muy bien montadas, y hay muchos gags que te hacen soltar mas de una carcajada.

Fumando espero...

A parte de Julie Andrews, que canta muy bien aunque en ningún momento cuela en su faceta de Victor (¿alguien dudaría de si Julie Andrews es un hombre?), su amigo gay, el actor Robert Preston, le da muy bien la replica, formando una de las parejas mariquita-mariliendre más divertidas que he visto en una película (además de ser un roba planos, porque a la mínima que tiene un poco de protagonismo te regala las mejores escenas de la cinta).

Así pues estamos ante una comedia musical, libre de prejuicios y que se me antoja muy moderna para tener casi treinta años, en la que todos los personajes que van apareciendo tienen su momento de grandeza.

Esta película no tiene nada que ver con los musicales más populares de la Andrews, pero precisamente por ello me parece más recomendable, porque se libera de ciertos corsés “puritanos” y nos ofrece diversión al más puro estilo del Hollywood clásico.