Midseason: The Walking Dead. Temporada 3

Como ya sabéis, debido a algunas meteduras de pata del pasado, en El Rotoscopio no nos gusta hablar de series de las que hemos visto pocos capítulos, porque muchas veces nos dejamos llevar por el “Hype” y luego tenemos que retractarnos. Como este año he podido seguir algún estreno  “a paso americano”, voy a hacer un comentario sobre como va la temporada, ahora que estamos de parón navideño.

La primera de las tres series que he visto “al día” es “The Walking Dead”. La montaña rusa de las series, que tan buen punto es un tostón como un emocionante sucedáneo de LOST.

Si nos ponemos en antecedentes, sabréis que TWD me gusta, pero le veo muchos defectos. En ocasiones es aburrida, y la ausencia de zombies es alarmante, y es difícil empatizar con los personajes protagonistas. Un cuadro que se salva por los momentos puntales de brillantez. Por suerte, parece que para la tercera temporada el equipo detrás de la serie ha aprendido la lección y se ha decidido a darle al pueblo lo que quiere: más carnaza y menos blah-blah-blah.

Efectivamente, en esta temporada sí hay ataques de zombies, que aunque aparezcan en un número no demasiado apabullante, nos regalan preciosas escenas de desmembramientos y mucha sangre para saciar nuestro apetito gore, y sobretodo, empiezan a ser un poco más inteligentes y matar a personajes importantes, y no solo a los de relleno.

Cabe añadir que el cambio de tercio en las localizaciones (la cárcel y el nuevo pueblo) son mucho más interesantes que la vieja y aburrida granja, y la aparición de nuevos personajes como Michonne y el Gobernador, y otros antiguos que no voy a desvelar (si veis la serie ya sabéis de quien hablo), le dan una vuelta de tuerca a los acontecimientos que, sin duda, van a mejor.

De todas las novedades, una de las que más me gusta es la introducción del personaje de Michonne, aunque de momento es más una promesa que una “realidad”, porque no han acabado de desarrollarlo todo lo que deberían. Aún así su katana y su mirada de mala hostia se han ganado mi corazón.

Y respecto a los puntos débiles: la serie sigue sin saber desarrollar los personajes “antiguos”. Tanto Michonne como el Gobernador tienen un carisma que los demás, no tienen, y eso lastra bastante la serie. Aunque parece que poco a poco la cosa va progresando (y sino que los maten y punto, ¿no?).

Como vemos, la serie ha progresado a pasos agigantados, aunque sea a partir de la tercera temporada... Ya podrían haber empezado un poco antes ¿no?

Disfrutadla si aún no habéis hecho y conseguís superar la desigual segunda temporada...