Entre el personal de la biblioteca de Vilanova del Camí y mi abuelo, estoy empezando a cosechar la sana costumbre de recuperar grandes clásicos del cine que no conocía. Hoy toca hablar de “Capitanes intrépidos”, un peliculón de 1937 dirigido por Victor Fleming y basada en una novela de Rudyard Kipling, que ganó un Oscar en la categoría de mejor actor para Spencer Tracy (merecidísimo, todo sea dicho).
El argumento me parece muy valido para la sociedad actual: un niño bien (Freddie Bartholomew), cuyo padre le compra el afecto con dinero, pero con el que no tiene una verdadera relación, es expulsado del colegio por mal comportamiento (básicamente por ser un mimado). El padre decide llevárselo con el a un viaje transoceánico, pero el crío sigue comportándose como un niño mimado, y en una de sus travesuras tiene un descuido y cae al mar. En estas que un pescador (Tracy) lo recoge y lo lleva a un gran barco pesquero, donde ni su dinero ni su estatus tienen ningún valor, y tiene que aprender el valor del trabajo y de la humildad para poder integrarse con la tripulación.
Me ha parecido una película muy entretenida, muy bien hecha y toda una recomendación para aquellos que os guste el cine clásico con un poco de moraleja y una trama muy bien elaborada. Y si os gusta echar la lagrimilla, pues tanto mejor!
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