Tantos meses de expectación acabaron, por fin, el sábado 12 de este mismo mes en una lluviosa tarde Barcelonesa, cuando Kylie se presentó en el Palau Sant Jordi con su gira Aphrodite – Les Folies.
El pre concierto fue un poco chusco: una DJ ponía chumba-chumba mientras unos y unas gogos se movían, no al ritmo de la música, sino al que les permitiera lucirse. Una estampa, vamos. Muy mal!
Después de este espectáculo (todo hay que decirlo, no le presté mucha atención porque estaba mirando el merchandising), salió un tipo con un ordenador, todo mucho más senzillo pero más efectivo: pinchó a Kylie, a Madonna y compañía, y ahí la cosa se empezó a animar, hasta que a las nueve y media casi en punto se apagaron las luces y empezó lo bueno.
En un decorado que simulaba un panteón, con muchos bailarines y bailarinas haciéndole la corte, emergió, cual Venus, la pequeña australiana dentro de una concha dorada. Si digo que estaba guapa me quedaría corto.
En este primer momento que estoy relatando me sentí un poco superado por la cantidad de elementos escénicos que se sucedían a la vez: estamos hablando de que Kylie ha apostado claramente por la teatralidad y los decorados, así que en un mismo momento podíamos ver la concha, mujeres-arpa, gladiadores, bailarines saliendo del agua y volando… un poco como ir al cine en 3D, necesitas de un período de aclimatación. Una vez te has acostumbrado y la acción empieza a centrarse más, el espectáculo era digno de admiración.
Kylie y su caballo dorado... todo muy Kitsch Ni se las veces que se cambió de ropa, ni como el escenario se iba transformando a medida que la interpretación lo requería, pero lo que sí quedó demostrado es que Kylie es una fiera en escena: Simpática a raudales, con muy buena voz y, por primera vez creo, no bailaba como Mariah Carey. Vale, el fuerte de Kylie nunca ha sido bailar, pero en este show se atrevía hasta con la danza del vientre.
Me gustó que cantase a capella y que interactuase con el público (aunque en otras ocasiones lo haya hecho mucho más, y el escenario principal estuviera lejos de la gran masa) y que nos dedicara unas palabras en una mezcla de catalán-castellano e inglés que resultó más simpática que entendible. Y para los amantes del corazón, se besó en directo con Velencoso, aunque este estaba en la barrera (desde mi asiento se vió perfectamente).
Y como colofón a todo esto, solo puedo añadir que, lo que más me gustó, es que Kylie trajera un concepto sustancialmente nuevo para este show. Cuando la vi en la gira X (Londres, 2008), vi un espectáculo apabullante con pantallas, luces y una escenografía flipante. En este caso Kylie ha utilizado un gran alarde técnico, pero ha decidido hacer un espectáculo mucho más teatral, y un cambio siempre es de agradecer.
Os dejo el setlist y no os explico más, primero porque la entrada ya ha quedado muy larga, y segundo porque mejor que los descubráis vosotros mismos. Eso sí, me encantó que cantase Closer cual Jane Fonda en Barbarella. Y el remix de Confide In Me... ¿alguien sabe si es puede escuchar en versión estudio?