Kim Ki-Duk es el director coreano más importante a nivel internacional, teniendo un nivel de lanzamientos muy ágil (dos de sus mejores películas, Samaritan girl y Hierro 3, fueron estrenadas el mismo año). En sus films, al menos los que yo conozco, predomina el silencio. Suelen ser lentos, pero adictivos. Siempre encuentras un detalle en el que fijarte. Acostumbran a ser películas de una hermosa fotografía y historias truculentas pero poéticas, y la esta obra no iba a ser menos.
Probablemente su obra más aplaudida, junto a Hierro 3, Primavera,… narra una historia sobre el paso del tiempo en un monasterio situado en el centro de un lago, en el valle de una montaña. En este templo vive un monje y su aprendiz. Cada una de las 5 historias que componen el film ocurren en una estación diferente de una época diferente en la vida de los protagonistas. Encontramos la primavera del aprendizaje y el aprendizaje del sufrimiento de los demás, el verano del amor, el otoño del regreso al hogar, …
Esta película es una obra maestra con una trama muy bien urdida.
Si os gustan las historias complejas, y ágiles, no os molestéis a verla.
Si sois de los que miráis por la ventana cuando vais en tren o autobús y sacáis las manos para notar el aire cuando vais en coche, esta es vuestra película